El terremoto del miércoles 4 de diciembre de 1918 dejó muchas casas e instituciones públicas o de beneficencia destruidas en Copiapó, que fueron retratadas por José Antonio Olivares Valdivia para dar cuenta de la amplitud del desastre y hacer un registro visual de las pérdidas sufridas por los pobladores y el municipio.
La revista Zig Zag publicó una selección de 12 fotografías de Olivares sin identificar al autor y con un texto que decía: "La desgracia de Copiapó". En el reportaje se mostraron casas con sus muros en el suelo, calles vacías y algunos hombres y mujeres entre los escombros, acompañadas de descripciones que les dieron un sentido dramático (Zig Zag, 21 de diciembre de 1918).
También fueron publicadas en El Mercurio, periódico donde se mencionó que el terremoto no fue "como se creyó en Santiago, al principio un terremoto de papel con fines de utilitarismo regional" (El Mercurio, 22 de diciembre de 1918). Por el contrario, ellos afirmaron:
"Los edificios fiscales, municipales y la beneficencia como la cárcel, el juzgado, el teatro, la recova y el hospital han quedado en tan pésimas condiciones que casi todos exigen un reemplazo inmediato para no derrochar dinero en refacciones inútiles…" (El Mercurio, 22 de diciembre de 1918).
En un informe preparado por el ingeniero alemán Clemens Linneman para dar cuenta de las consecuencias del movimiento telúrico, se anotó:
"La acción del terremoto fue devastadora. De las 1630 casas inspeccionadas, 344 fueron completamente destruidas, 349 fueron seriamente dañadas con caída de techos o muros y 937 a pesar de no ser destruidas, presentaban grietas que impedían vivir en ellas" (Clemens Linneman: 1918).