A través de 19 fotografías, el Museo Regional de Atacama permite recorrer los principales hitos arquitectónicos de Potrerillos, ciudad que integra el grupo de ciudades creadas exclusivamente para la minería, junto a Sewell, Chuquicamata y El Salvador.
El pueblo y el complejo minero fueron construidos por Andes Copper Mining Company, una subsidiaria de la empresa estadounidense Anaconda Company.
Es la operación minera de mayor tamaño en el Norte Chico y la única de la Gran Minería del Cobre, que desde 1955 integra las operaciones de empresas que producen al menos 25.000 toneladas métricas de cobre al año (Pederson, 257).
Potrerillos funcionó como campamento o company town entre 1929 y 1959 , año en que el cobre se agotó. En este período sus instalaciones entregaron 1.850.000 toneladas métricas de cobre, tanto como lo producido por Chile hasta 1857.
A medida que se extinguía el metal, los expertos de la Andes Copper Mining Company exploraron sectores cercanos en busca de otros yacimientos.
A fines de 1953 concluyeron que el depósito Indio Muerto era explotable y lo rebautizaron como El Salvador, pues permitió reutilizar parte de las inversiones en el antiguo campamento.
Desde entonces y hasta 1997, la población de Potrerillos colaboró en la extracción de cobre de este nuevo mineral.
Potrerillos: ícono de la modernización minera en Chile
La explotación de depósitos de cobre de baja ley en Potrerillos, El Salvador, El Teniente y Chuquicamata es el resultado de un sistema de aprovechamiento y organización industrial y urbana, logrado gracias a los avances tecnológicos del siglo XX.
Potrerillos empleó un sistema de extracción en masa y procesamiento de enormes cantidades de mineral de poca pureza a cielo abierto o por hundimiento de bloques, altamente mecanizado.
Se gastaron más de US$ 35.000.000 en la exploración, desarrollo y puesta en marcha de la faena, antes de que se produjera la primera tonelada de cobre en 1929. En El Salvador se invirtieron más de US$100.000.000 antes de su apertura en 1959 (Pederson, 2008: 265).
Una vasta red de caminos, ferrocarriles, senderos, líneas de energía, acueductos, ductos para pulpas y líneas de comunicaciones unió Potrerillos con el resto del mundo y vinculó sus distintas áreas de faena.
En el complejo trabajaron profesionales y obreros de diversas nacionalidades, que contaron con contratos obligatorios individuales y colectivos, sindicalización obrera, seguro de accidentes laborales e invalidez, y otros beneficios contemplados en las leyes sociales aprobadas en 1920.
Las casas independientes con baños y cocina estaban destinadas a profesionales y administradores, mientras que los obreros tuvieron habitaciones para solteros o "camarotes" sin baños ni servicios personales.
En su mayor apogeo Potrerillos tuvo 7.000 habitantes en los barrios El Americano, Los Leones, Central, Norte bajo o Pueblo Hundido y Norte Alto, el Chileno y el Duble.
Se promovió la libertad de culto, pero hubo una vida social restringida y vigilada de acuerdo a la nacionalidad y el origen socioeconómico de los trabajadores, y a cada grupo se entregó una educación diferenciada.
Los altos índices de contaminación obligaron a declarar inhabitable la ciudad en 1997, y ésta quedó abandonada definitivamente en 2000.
Desde entonces sus antiguos pobladores buscan declararla Monumento Histórico para frenar su deterioro y dejar un vestigio material de la identidad minera de la zona.
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- Bibliografía