El auge de la minería del cobre, la plata y el oro durante el siglo XIX trajo a Atacama un desarrollo económico sin precedentes. Desde los primeros descubrimientos de plata en los yacimientos de Agua Amarga (1811), Arqueros (1825), Chañarcillo (1832) y Tres Puntas (1848), hasta los de Caracoles (1871) y Cachinal de la Sierra (1882), las faenas y los cateos en busca de nuevas vetas se multiplicaron. Sustentado en numerosas explotaciones tanto pequeñas como de gran envergadura, el llamado "ciclo cuproargentífero" permitió amasar grandes fortunas a algunas familias de la región, al tiempo que cientos de trabajadores provenientes del centro y el sur del país se desplazaban hasta ella movidos por el sueño de un hallazgo que revirtiera el sino de la pobreza.
Ubicado en la emblemática casa Matta de Copiapó, construida en la década de 1830, el Museo Regional de Atacama alberga dos salas que testimonian las dinámicas de sociabilidad extremadamente diferenciadas que originó este contexto histórico: el Salón de Tertulias y la Sala de la Minería. El conjunto de objetos que allí se exhiben reflejan el modus vivendi de las élites y del mundo popular, respectivamente, durante el período de apogeo económico de la región.
Durante esa época, la clase acomodada emergente construyó casas señoriales que alhajó con opulencia, de acuerdo con concepciones estéticas modernas y gustos europeizantes. El escenario de vida social predilecto de estas poderosas familias era el de los suntuosos salones de tertulia: allí se sellaban negocios, se comentaba un broceo o se discutía la actualidad nacional, al calor de un vaso de punch y los compases de la zamacueca.
Mientras tanto, en la periferia se aglutinaban los mineros y sus familias, cuya sociabilidad se desarrollaba cotidianamente en el trabajo, las placillas y las chinganas. En estas tabernas populares los trabajadores intentaban olvidar el agobio de la extenuante jornada laboral a punta de alcohol, música, mujeres y juego de bolas -una combinación que solía terminar en borrachera e, incluso, violencia-. La Sala de la Minería muestra los vestigios de este mundo popular que, por su precariedad, se limitan a restos de herramientas de trabajo, envases de alimentos y algunas pocas fotografías.
Ambas salas expresan las paradójicas realidades de estos grupos sociales, cuyas vidas estuvieron marcadas por el contrapunto económico y la manera en que ambos se relacionaron con la minería: para los sectores populares, dicha actividad significó la supervivencia mínima; para la élite, en cambio, constituyó el sustento de sus privilegios.
Descarga el artículo completo "Contrapunto de sociabilidades en una sociedad transicional a través de las colecciones del Museo Regional de Atacama: Copiapó, 1840-1900", por Milton Godoy.