La mañana del 21 de mayo, los dos buques más importantes de la flota peruana El Huáscar y la Independencia, se acercaba al puerto de Iquique. Lo ocurrido entre el Huáscar y la Esmeralda nos ha llegado principalmente por el relato de Vicente Zegers Recasens, en carta fechada el 28 de mayo y dirigida a su padre. El mando de la Esmeralda a la muerte de Prat, lo recibe el copiapino Luis Uribe Orrego quien es el que verdaderamente lidera el combate Naval de Iquique, es él quien ordena mover la Esmeralda para no recibir de pleno el segundo espolonazo del Huascar a pesar de que las calderas ya estaban casi inservibles, él debe repartir órdenes y ver cómo llevar adelante la enorme responsabilidad de este desigual combate. Si la Esmeralda se hundió sin rendirse, fue gracias al mando y liderazgo del comandante copiapino Luis Uribe Orrego. Hecho que pocos recordamos.

Por su parte, Carlos Condell logra hacer encallar a la Independencia en unos arrecifes cercanos a la playa, para que luego el calderino Manuel Orella, tirador escogido del arma de artillería, diera certeros cañozasos al buque peruano, obligándolo a rendirse y arriar su bandera, esta batalla es el casi desconocido triunfo de “Punta Gruesa”.